Hola chicas, lo cierto es que los 80 regresan de una manera mucho más estilizada, pero acompañada de cierta nostalgia que muchos diseñadores que vivieron en esta época le imprimen a sus propuestas, por eso hoy les contaré acerca de algunas prendas que volvieron con todo y que no podemos dejar de usar si es que queremos rendir homenaje a la maravillosa década del rock.
- Camisas oversize: En los 80 la tendencia era llevar largas blusas holgadas que se usaban con leggings. Podían ser blusas tipo camisolas con botones o bien blusones de tela de camiseta con las mangas anchas y amplias que llegaban a la cadera. También se aplicaba a los anchos y largos suéteres que se usaban también con jeans o minifaldas.

- Cinturones anchos: para sostener toda esa tela extra que nos echábamos encima, ¿qué mejor que un cinturón ancho? Por supuesto, jamás iba a la cintura y se dejaba simplemente caer a la cadera, haciendo ver a quienes tenían la figura esbelta totalmente andróginas y a quienes no gozábamos de ese privilegio como si trajéramos puesta la carpa de un circo.
- Flats: Una de las tendencias rescatables de los 80, pues aunque no favorecen a la longitud de las piernas como lo hacen los zapatos altos, tienen a su favor que son extremadamente cómodos, estéticos y femeninos. Por eso el zapato flat ha seguido yendo y viniendo en la moda en estos últimos 30 años.

- Complementos oversize: Si bien, todo tendía a apuntar a la androginización, los enormes aros con figuras geométricas fueron un accesorio femenino que se llevó a la exageración total. También el usar una cantidad exagerada de pulseras.
- Leggings: Compañeros inseparables de los blusones y de las minifaldas, los leggings son una prenda que llegó para quedarse gracias a la popularidad que han adquirido las fibras elásticas en la moda.

- El flúor: Nadie se explica cómo fue que se llevaba antes, pero lo cierto es que en esta temporada que volvieron mucho más contemporáneos y en ropa mucho más estilizada no dudamos en volver a incorporar los colores flúor en nuestro clóset. Quizás porque eran mucho mejores y más divertidos de lo que pensábamos.
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