Los pros
Una de las ventajas de incluir el trigo en tu dieta diaria es que te ayudará a combatir padecimientos como el estreñimiento o el tránsito lento. Aunque la presencia de trigo entero en las harinas refinadas es escasa pues se fabrica removiendo salvado y germen de trigo, moliendo únicamente el endospermo, lo que la transforma en una harina con mucho almidón, alto en calorías y poca fibra.
En comparación a las harinas de trigo integrales su duración es mayor, además de resultar ser más conveniente para preparar algunas mezclas (panes, pizzas, pasteles) de color homogéneo donde la presentación (un color blanco inmaculado) es más importante que el contenido nutricional.
El trigo contiene vitamina B, que proporciona energía y también es esencial para la reparación de células y tejidos del organismo. Sin embargo, estos nutrientes se encuentras en las harinas de trigo integrales que se obtienen al moler los granos de trigo entero, simplemente para que pueda ser más comestible y digerible, es decir, no se refina.
En comparación con la harina de trigo entero, la harina refinada puede resultar con mejor sabor al paladar por lo que es la preferida para usar en la cocina.
Los contras
El hecho que las harinas refinadas sean más apetecible y digeribles que las harinas de trigo, hace que comamos más de este tipo de alimentos que no le aporta ningún nutriente a nuestro organismo y que finalmente nos harán subir de peso.
Las pastas, las harinas, los panes y todo aquel alimento producido con harina refinada al ser metabolizado por el organismo, se convertirá en azúcar, lo que resulta favorable únicamente cuando se trata de harinas de alto valor en nutrientes y azúcares, pero las harinas refinadas pueden llegar a modificar el transporte de nutrientes y generar lesiones a nivel celular.
Consumir en exceso harinas refinadas puede llevar a sufrir algunos problemas de salud con azúcar en la sangre, enfermedades cardíacas, alergias, obesidad, diabetes, entre otras.
El consumo de harinas refinadas altera funciones importantísimas en el cuerpo, tanto a nivel metabólico, como hormonal y cerebral y los hidratos de carbono que provienen de harinas refinadas pueden llegar a causar dependencia, esto porque actúan de manera similar a las drogas, es precisamente el motivo por el que algunas personas no pueden vivir sin comer sus galletas, pan o pastas todos los días en su ingesta diaria, lo que a la larga también se puede traducir en obesidad desencadenando innumerables problemas de salud.
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